La Segunda Guerra Mundial se luchó contra el totalitarismo de las variedades militaristas nazis, fascistas y japonesas. Después de la guerra, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se creó para defender al mundo libre de la amenaza totalitaria que significaban el comunismo y la Unión Soviética.
Habiendo pasado medio siglo de ello, la Unión Soviética ya no existe y el comunismo es mayormente visto como un movimiento fracasado. Entonces... ¿no debería irse desvaneciendo también la OTAN?
Jose María Aznar, el ex Primer Ministro de España, piensa que eso no debe suceder. Más bien cree que la OTAN debería reinventarse para que se enfrente al islamismo militante, ese movimiento totalitario que ha estado usando el terrorismo suicida como arma de guerra en Nueva York, Madrid, Londres, Bagdad, Mombasa, Estambul, Tel Aviv, Amán, Bali y en otros confines.
Por qué es imperativo que hagamos esa transformación y cómo podemos lograrla es el tema de un nuevo informe redactado por 2 visionarios analistas políticos: Rafael L. Bardají y Florentino Portero, que representan fundaciones conocidas como "think tank" lideradas por Aznar (El Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) y la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES).
Esta semana, Aznar presentó su informe sobre la OTAN en el American Enterprise Institute en Washington. También recibió el respaldo del Committee on the Present Danger cuyos directores son el ex Secretario de Defensa George Shultz y el ex Director de la CIA R. James Woolsey y cuyos presidentes de honor son los senadores Joseph Lieberman (D-Connecticut) y Jon Kyl (R-Arizona).
Aznar cree que la credibilidad de la OTAN y su futuro están en peligro. Y que aún más importante es que "Nuestra libertad está en juego y la OTAN debe hacer todo lo que esté a su alcance para derrotar a los que la amenazan."
La OTAN simplemente podría empezar recordando y reafirmando su propósito original: "La preservación conjunta de la libertad y la democracia". Aznar argumenta que la alianza debería reconocer abiertamente que la mayor amenaza para esos pilares viene de movimientos totalitarios que buscan apoyo entre los 1.200 millones de musulmanes y cuyos líderes afirman abiertamente que "ellos están en contra de las democracias sin diferenciación alguna"
"Debemos tomarnos muy en serio sus ambiciones, no importa lo ridículas o delirantes que nos parezcan" sostiene el informe. En los años 30, los americanos y europeos sabían que había "fanáticos" planificando terribles atrocidades pero fracasaron en responderles con efectividad, allanando el camino para un conflicto global que acabaría con millones de vidas. Repetir ese error, advierte Aznar, sería tanto irresponsable como trágico.
El informe propone medidas agresivas para prevenir que las organizaciones terroristas y sus patrocinadores adquieran armas de destrucción masiva, un hecho que podría hacer que los atentados del 11 de Septiembre de 2001 parezcan una nimiedad.
Exhorta a mejorar la coordinación de las medidas para la seguridad nacional; también sugiere ampliar la OTAN para poder incluir a otras naciones democráticas como Australia, Japón e Israel.
Quizá lo más controversial es que recomienda que se apruebe la idea de democracy-building, es decir, sentar las bases de la democracia como objetivo de paz pasando por encima del objetivo de construir naciones, el llamado nation-building. Para lograrlo, afirma el informe, se requerirá la creación de un mando funcional para operaciones postconflicto en la construcción de la democracia (Operational command for post-conflict democracy-building operations), el establecimiento de un fondo conjunto para financiar esas misiones y la creación de una "Asociación por la Libertad".
En otras palabras, Aznar quiere ver un esfuerzo multilateral que trabaje conjuntamente contra "los regímenes que se sostienen en el miedo y la opresión" y hacer todo lo posible para fomentar el desarrollo de instituciones que garanticen los derechos humanos para aquellos que no los disfrutan en la actualidad.
Cualquier propuesta respaldada por un grupo de estadistas tan diversos como Aznar, Shultz, Woolsey, Lieberman and Kyl debería ser tomada muy en serio por la Administración Bush. Y en un momento en el que más de un republicano parece que se replantea su apoyo a la guerra, este informe tiene la ventaja de que incrementa el multilateralismo sin ceder poderes a la ONU o sin pedirle favores a amiguetes de conveniencia como el presidente francés Jacques Chirac. El informe de Aznar concluye prediciendo que "tarde o temprano, la amenaza del terrorismo islámico acabará siendo la prioridad número uno". Aznar cree que esa realidad se acabará imponiendo, sólo que seguramente a un coste mucho mayor. Por contraste, "enfrentar a nuestros enemigos lo antes posible será la mejor forma para eliminar su potencial destructor".
Sin embargo, hoy por hoy, la OTAN está "mal preparada para luchar y vencer al terrorismo islamista porque sigue estando anclado en la guerra del pasado. La OTAN debe convertirse en una verdadera Alianza por la Libertad, cuyo objetivo primordial sea derrotar al terror... y asegurar colectivamente nuestra libertad, nuestra democracia, nuestros valores y nuestro modo de vida antes de que sea demasiado tarde".
Son palabras fuertes. Vienen de europeos que no buscan rivalizar con Estados Unidos sino que quieren una alianza renovada y revigorizada. ¿No es eso lo que la mayoría de americanos también quiere?