Una mujer negra que ha convertido su apellido que suena judío en una broma permanente abandona indignada el estudio de televisión en respuesta a lo que ella ve como difamación contra los musulmanes. Eso sólo puede pasar en Estados Unidos.
Pero, déjeme que le cuente lo que pasó en caso de que se lo haya perdido: La semana pasada, el periodista de la cadena Fox News Bill O'Reilly fue como invitado al programa The View de la cadena ABC y defendió su posición en contra de la construcción de un centro islámico junto a la tierra sacralizada donde alguna vez estuvo el World Trade Center. Cuando le preguntaron por qué se opone, O'Reilly espetó: "¡Porque los musulmanes nos mataron el 11 de septiembre!"
En ese momento, Whoopi (este nombre en inglés deriva de "cojín de ventosidades") Goldberg (véase arriba) y Joy Behar abandonaron el estudio con indignadísimos aires de superioridad. Por el momento, dejemos a un lado si O'Reilly tiene o no razón en lo del centro islámico. También dejemos a un lado que por no poner un adjetivo (por ejemplo, radical o extremista) delante de la palabra "musulmanes", implícitamente decía que todos los musulmanes son responsables de las atrocidades de 11 de septiembre. Simplemente tome en consideración esto: Debatir sobre estos temas se ha convertido en algo tan difícil...
Al abandonar el set, las presentadoras Goldberg y Behar estaban diciendo que no iban a tolerar un debate sobre los posibles nexos entre la fe y el terrorismo islámicos. En algo que dice mucho a su favor, Barbara Walters, productora y presentadora de The View, dijo inmediatamente que Goldberg y Behar estaban equivocadas al portarse así.
Pero el que fue rápido para expresar su apoyo a Goldberg y Behar fue nada más y nada menos que John L. Esposito, director fundador del Centro para el Entendimiento entre Musulmanes y Cristianos de la Universidad de Georgetown – a todo esto, una institución que ha aceptado 20 millones de dólares de un príncipe saudita, un prosélito del wahabismo que está entre una de las interpretaciones más extremas del islam. Escribiendo en la web Huffington Post, Esposito no ofrecía ningún argumento académico, ni siquiera un argumento serio. Más bien, intentó acabar con el debate tildando la afirmación de O'Reilly de 'infundada retórica antimusulmana' que reflejaba la histeria antiislámica extendiéndose por todo Estados Unidos".
Para ratificar esa afirmación, Esposito indicó que el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich había exhortado a que "haya una ley federal que diga que la sharia (ley islámica) no pueda ser reconocida por ninguna corte en Estados Unidos". Y añadió que "nadie está pidiendo la ley islámica…"
Entre los hechos evidentes que Esposito ignora están: Molly Norris, caricaturista de Seattle, se ha tenido que esconder después de que un imán nacido en Estados Unidos pidiera que se matará a Molly por el "crimen" de sugerir que se instaurase el día "Dibujemos todos a Mahoma" como forma de estimular la libertad de expresión. En Europa, asesinaron a Theo van Gogh por el "crimen" de hacer una película crítica con el tratamiento de las mujeres en el islam. El parlamentario holandés Geert Wilders ahora está siendo juzgado por el "crimen" de expresar opiniones que los musulmanes encuentran ofensivas. Él no es el primer europeo que tiene que hacerle frente a esas consecuencias legales, como Nina Shea puso muy en claro recientemente.
Mientras tanto, un número de importantes empresas americanas están implementando la financiación islámica, la cual exige que contraten a un imán para que éste revise las inversiones y conceda un porcentaje de las ganancias a "organizaciones islámicas de beneficencia" que sean de su preferencia. Y la administración Obama ha apoyado las iniciativas de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) con sede en Arabia Saudita y que busca que la ONU apruebe una resolución prohibiendo el "estereotipamiento negativo" de las religiones. Si Ud. cree que eso se aplicaría de forma equitativa con todas las religiones, quiero que sepa que tengo una carretera en Riad que quiero venderle a Ud.
Nada de esto quiere decir que no se pueda criticar a O'Reilly. Un comentarista conservador llamado Peter Wehner escribió que O'Reilly se había equivocado, que sus afirmaciones no equivalían a decir "Los japoneses nos bombardearon en Pearl Harbor" – algo que todo el mundo sabe (1) que es verdad, pero (2) que no es una condena generalizada de todos los japoneses. Más bien era algo como decir que "Los católicos son pederastas", una afirmación que parece asignar la culpa no sólo a sacerdotes pervertidos sino a todos los católicos.
Creo que Wehner tiene bastante razón pero se le escapa lo siguiente: Ningún católico está abusando sexualmente de menores porque crea que eso es lo que Jesús, la Biblia o el Papá ordenan. Ningún católico está denunciando como apóstata a aquellos cristianos que se oponen al abuso sexual de menores.
Sin embargo, miles de atentados terroristas se están llevando a cabo en nombre del islam. Los reformistas musulmanes están lidiando con esto: Irshad Manji tituló su libro The Trouble With Islam Today (El problema con el islam hoy en día). Por supuesto, habiendo escrito ese libro, ella también vive bajo las amenazas de militantes musulmanes. Vale la pena que recordemos que no sólo la mayoría de terroristas son musulmanes; la mayoría de las víctimas del terrorismo también son musulmanas.
Wehner añadió que "ser americano, significa, al menos en parte, evitar crear cismas innecesarios en asuntos de la fe". La posibilidad de que una fe pueda ser la base de una ideología totalitaria no cabe dentro del aseado pensamiento occidental. Sin embargo eso es exactamente lo que intelectuales musulmanes como Sayd Qutb propusieron a mediados del siglo XX en libros como "Justicia social en el islam", "Hitos" (un manifiesto del islam político) y su comentario de 30 volúmenes sobre el Corán. Estos escritos tuvieron una profunda influencia en organizaciones islamistas como la Hermandad Musulmana y en organizaciones yihadistas como al-Qaeda. Qutb fue traducido al farsi por nada más y nada menos que el ayatola Jomeini, líder de la revolución islámica de Irán en 1979.
Mientras escribo este artículo, en Europa y Estados Unidos se está persiguiendo a brigadas terroristas de asalto compuestas por musulmanes devotos actuando por convicción religiosa. Los teócratas de Irán, cuyos subsidiarios han estado matando a americanos e israelíes durante años, están a la caza de armas nucleares.
Más que nunca necesitamos hablar del islam, el islamismo y el yihadismo, dónde se conectan y dónde divergen. Pero es difícil mantener tales debates, particularmente en los principales medios de comunicación y del entretenimiento, cuando artistas como Whoopi Goldberg y académicos como John L. Esposito – a sabiendas o sin querer – están conspirando con los extremistas para restringir los parámetros de la libertad de expresión.