El presidente Obama cree que la política de Israel es el mayor obstáculo para la paz en Oriente Medio. Hamás no está de acuerdo con eso.
El problema para Hamás, escribe Mosab Hassan Yousef, nunca ha sido "la política de Israel". El problema para Hamás es "la existencia misma de Israel". Y agrega Yousef, "Hamás se inspira en el fervor religioso y la teología de la yihad" y está "dedicada a la extinción de Israel".
Él debe saberlo bien. Se trata del hijo de Sheik Hassan Yousef, uno de los 7 fundadores, y quizás el líder más popular, de Hamás. No hace mucho, parecía inevitable que el hijo siguiera los pasos del padre. Tal y como cuenta en su impresionante e instructivo libro de memorias Son of Hamas (Hijo de Hamás) a los 17 años "ya no podía pensar en otra cosa que no fuera unirse al ala militar de Hamás". Pero llegó a ver el terrorismo como algo inmoral y repugnante. Y reaccionó emprendiendo un viaje sorprendente.
Ese viaje comenzó en una aldea de la Margen Occidental donde su padre, que era un líder religioso y político antes de que ayudara en la creación de Hamás, creía que "Alá nos había dado la responsabilidad de erradicar a los judíos… aunque personalmente no tuviera nada contra ellos".
Los israelíes encarcelaron en repetidas ocasiones al padre y, cuando el hijo facilitó armas, también lo metieron rápidamente preso. A ambos se les trató severamente. Pero en prisión, Yousef se quedó pasmado al saber que los líderes de Hamás eran mucho más brutales con sus propios miembros. Los sospechosos de colaborar con los israelíes eran torturados – a veces les metían agujas debajo de las uñas, otras veces les deterrían bandejas de plástico sobre la piel.
En 1996, el Shin Bet, la agencia de inteligencia doméstica de Israel, se puso en contacto con Yousef. Pensó convertirse en un doble agente – entre sus cálculos estaba poder engañar a sus superiores y quizás tendría la ocasión de matar a unos cuantos. Sin embargo, su opinión sobre los israelíes iría cambiando poco a poco: "Eran seres humanos y me trataban como a un ser humano. Prácticamente cada vez que nos encontrábamos, se me derrumbaban uno a uno los pilares de mi cosmovisión".
Y llegó Camp David: En el año 2000, el presidente Bill Clinton presionó al primer ministro israelí Ehud Barak y éste ofreció a Yasser Arafat, presidente de la Autoridad Palestina y líder de Fatah, "cerca del 90% de la Margen Occidental, toda la Franja de Gaza y Jerusalén Este como la capital de un nuevo estado palestino". Y prosigue Mosab, "se establecería un nuevo fondo internacional para compensar a los palestinos cuyas propiedades hubieran sido expropiadas. Ese 'territorio por paz' representaba una oportunidad histórica para el sufrido pueblo palestino; era algo que pocos palestinos se habrían atrevido a imaginar como posible. Sin embargo, eso no fue suficiente para Arafat" quién rechazó la oferta, se negó a seguir negociando y lanzó una sangrienta intifada contra Israel.
¿Por qué?, Yousef explica: "Yasser Arafat se había hecho immensamente rico como el símbolo internacional del victimismo. Y no iba a renunciar a ese estatus y hacerse con la responsabilidad de construir en verdad una sociedad que funcionase. ... Arafat, siempre parecía poder sacar mayor tajada si los palestinos sangraban. Sin ninguna duda, otra intifada lograría que se derramara sangre y que las cámaras de Occidente lo filmaran todo una vez más". Yousef decidió que "tenía que hacer algo para ponerle punto final a esa creciente locura. Sabía que me había llegado la hora de comenzar a trabajar con el Shin Bet. Y lo hice de todo corazón".
Y encima era bueno como agente. Por ejemplo, él descubrió que los Mártires de las Brigadas de al-Aqsa eran en realidad miembros de la guardia personal de Arafat, miembros de Fuerza 17, financiados en gran parte con dinero del contribuyente americano. Éstos realizaban atentados terroristas mientras Arafat denunciaba el terrorismo, le echaban la culpa mayormente a Hamás e insistía que él hacía todo lo posible por frenar a los violentos extremistas.
Yousef sabía que al trabajar para los israelíes, él sería visto como "traidor a los ojos de mi pueblo". Pero era la única manera en la que él podría prevenir atentados suicidas, la única manera de salvar vidas palestinas e israelíes, la única manera en la que él podría contribuir "en la actual guerra contra el terrorismo y donde Israel desempeña un papel determinante".
En 2007, Yousef dejó el espionaje y se fue de Oriente Medio. Ahora vive en California. También abandonó el islam el cual, según él, tiene un "lado hermoso" pero también un "lado cruel que exige a sus seguidores conquistar y esclavizar la Tierra". Ahora es un cristiano devoto.
Él escribió Son of Hamas porque "cuando las naciones de Oriente Medio – judíos y árabes por igual – empiecen a comprender algo de lo que yo ya entiendo, sólo entonces habrá paz".
Y sería muy útil si el presidente Obama leyera su libro y se diera cuenta de que la política de Israel – siendo lo menos preocupante sus planes para construir viviendas para familias en expansión en un barrio judío de Jerusalén – es el menor de los obstáculos en el camino hacia una paz justa y duradera en Oriente Medio.