Bill Gates acertadamente dijo que George Gilder era "alguien muy estimulante incluso cuando discrepo con él, aunque la mayor parte del tiempo estoy de acuerdo con él". Los temas sobre los que Gilder ha versado presentando interesantes planteamientos durante más de 30 años como escritor e intelectual público cubren un amplio espectro. Incluyen las causas de la pobreza y los creadores de riqueza, las consecuencias del feminismo moderno y las posibilidades que dieron paso a la revolución tecnológica. Sus argumentos son a menudo sorprendentes, siempre provocativos y por lo general muy controvertidos.
Su libro más reciente se titula The Israel Test (La prueba de Israel). Mucho de lo que en él sostiene es dramáticamente distinto de lo de casi todo el mundo va afirmando. En especial lo siguiente: "O bien el mundo, principalmente Estados Unidos, apoya a Israel, o si no, de una u otra forma, Israel será destruido. No hay otras opciones realistas. Y si destruyen a Israel, la Europa capitalista probablemente también morirá y Estados Unidos, como el epítome del capitalismo productivo y creativo estimulado por los judíos, estará en peligro".
En este momento, probablemente no sólo es útil sino necesario apuntar que George Gilder no es judío. Es decir, su argumentación a favor de Israel no tiene ninguna base en la afiliación religiosa o étnica. Al mismo tiempo, no tener vínculos con Israel o con los judíos le permite a Gilder ser franco y directo, de una manera en la que pocos defensores judíos de Israel se atreven a hacerlo.
Por ejemplo, él dice que la gente "que denuncia obsesivamente a los judíos tiene un nombre: Son nazis". Él no vacila en aplicar el término a los líderes árabes e iraníes que exhiben tal comportamiento. Igualmente sostiene que "la forma más peligrosa de negación del Holocausto no es el rechazo de la abultada evidencia de los crímenes perpetrados por los nazis tiempo atrás sino la incredulidad ante la abultada evidencia del nuevo Holocausto que los actuales enemigos de Israel están preparando. Dos presidentes iraníes han resuelto adquirir armas nucleares con el específico propósito de 'borrar a Israel del mapa'".
¿Qué se puede hacer para prevenir un segundo Holocausto y repeler a los yihadistas que están a las puertas de Estados Unidos? En primer lugar, Gilder cree que necesitamos reconocer la naturaleza y la gravedad de la amenaza; en segundo lugar, necesitamos más determinación; y en tercer lugar necesitamos más tecnología del tipo que Estados Unidos e Israel han sido más hábiles que nadie en producir.
Hará falta un completo sistema antimisiles y otros medios de alta tecnología para evitar que nuestros enemigos jurados "infiltren armas nucleares en ciudades americanas, haciéndolas estallar en los litorales, cerca de puertos americanos, o que detonen bombas que afecten la crítica infraestructura electrónica de Estados Unidos"; esa infraestructura se puede destruir con un ataque EMP (de pulso electromágnetico), una capacidad ofensiva que, sin ir más lejos, se sabe que Irán está desarrollando.
"Ninguna nación en la historia ha tenido éxito preservando su integridad y soberanía sin hacerle frente al desafío de armamentos cada vez más avanzados" señala Gilder. "Pero muchos intelectuales americanos todavía se imaginan que Estados Unidos es diferente, que es posible o deseable que negociemos "el fin de la carrera armamentística". Nuestros enemigos siempre buscarán el fin de la carrera armamentística porque saben bien que solamente las naciones libres pueden ganarla. … El fin de la carrera armamentística privaría a los países capitalistas de su activo más valioso en la lucha para combatir la barbarie".
Gilder está convencido de que las fuerzas que tienen como objetivo a Israel y a Estados Unidos también "están poniendo en su punto de mira al capitalismo y a la libertad por doquier". El capitalismo, dice Gilder, requiere libertad para empresarios, trabajadores y consumidores por igual. Todos se benefician porque "en el sistema capitalista, los logros de un grupo producen mercados y oportunidades para otros".
El autor se explaya y hace esta observación tan poco ortodoxa: Cualquier democracia que no se fundamente en una sólida base capitalista está condenada. "Sin una economía capitalista en expansión, la democracia pasa a ser dominada por sus elementos de suma cero, por mafias y demagogos".
Durante siglos, esos elementos se han puesto muchas veces en contra de los judíos. Gilder añade que hoy, mafias y demagogos "se han puesto en contra de Israel". A veces, la raíz del problema es simplemente la avaricia y la envidia. Pero, a menudo, está en creer que para alcanzar la "justicia social" es necesario despojar a los "ricos" y redistribuir su riqueza entre los "desposeídos" en aras de la "igualdad de resultados".
Con el paso del tiempo, esto solo puede llevar a la expansión de la pobreza ya que ese concepto se basa en un malentendido de lo que es la riqueza. Fundamentalmente, la riqueza es inherente, no a los recursos materiales, sino a la "mente y creaciones humanas que solo prosperan en paz y libertad. Muy en particular, la depauperización de Oriente Medio se debe principalmente a que entre los árabes reina la envidiosa pero anquilosante idea de que la riqueza de Israel no es solo la fuente de su humillación sino también la causa de su pobreza".
Gilder tiene mucho más que decir – tiene más argumentos desafiantes y preguntas desconcertantes, muchos más de los que yo pudiera resumir en una breve columna. Pero su tesis subyacente es directa: El futuro de la libertad, la democracia, el capitalismo, Estados Unidos, Occidente y del pequeño Estado de Israel están entrelazados como partes de un todo. Israel "no es sólo una fuente importante de supremacía tecnológica occidental y de liderazgo económico – también es la fuente más vulnerable de poder occidental e inteligencia".
Gilder afirma que Israel "no solo es el canario en la mina, también es parte crucial de la mina". Si los americanos no defienden a Israel, demostrarán que "no son capaces de defender ninguna otra cosa. La prueba de Israel es finalmente nuestra propia prueba de supervivencia como nación libre".