Mark Twain brillantemente dijo “Si usted no lee los periódicos, Ud. está desinformado – pero si lee los periódicos, Ud. estará mal informado”. Hoy, los que confían en los medios de la élite para recibir noticias de Irak padecen ambas deficiencias.
Comience con la falta de información: El consumidor medio de noticias probablemente no tiene ni idea de que la nueva estrategia del general David Petreaus ha inutilizado a al-Qaeda en Irak, que americanos e iraquíes ahora están luchando codo a codo contra los extremistas sunníes y chiítas, y que la eliminación de refugios y alijos de armas de los terroristas ha mejorado la seguridad de los iraquíes comunes y corrientes en partes del país que hace unos meses eran nidos de víboras.
En cuanto a la información errónea, ¿cuánta gente cree todavía que los guardias en Guantánamo tiraron coranes al retrete, que los infantes de marina de Estados Unidos cometieron una masacre en Haditha, que los soldados americanos ridiculizan a mujeres desfiguradas por bombas, arrollan cachorros de perro por deporte y profanan sepulcros a cambio de unas carcajadas? Todo esto fue divulgado por publicaciones tan generalistas como Newsweek y The New Republic. Nada de esto es cierto.
Mientras tanto, la bárbara violencia ejercida por al-Qaeda y las milicias patrocinadas por Irán, apenas si se percibe. Por ejemplo, aquí tiene una historia que probablemente no habrá leído ni oído: El 28 de octubre, en una aldea a 16 kilómetros al suroeste de Bakuba, unos soldados de infantería americanos dieron con una prisión de al-Qaeda. En ella, según portavoces militares, hallaron a un rehén, contusionado, golpeado, deshidratado y atado al techo, con los brazos lastimados debido a la manera cómo se los torcieron por la espalda.
Dijo que lo habían secuestrado hacía 3 días porque “mi hermano está en el ejército iraquí. Querían información y que mi hermano y yo trabajásemos para al-Qaeda. ... Me golpearon con cables mientras me apuntaban un arma en la sien, pero yo no trabajaría para ellos porque no traicionaría a mi hermano”.
Si no lo hubieran rescatado, habría sido ejecutado por el “crimen” de rechazar a al-Qaeda. Pese a ello, dijo “nunca los apoyaría”.
¿Dónde puede uno ir a enterarse lo que realmente está sucediendo en Irak? Michael Yon es una ex boina verde. Él ha estado informando desde los campos de batalla iraquíes, mayormente en su propio blog. Ningún periodista ha revelado más sobre al-Qaeda en Irak (AQI), incluyendo su “fama ocultando bombas en los cadáveres de niños que habían destripado con la intención de matar a los padres”.
Ha fotografiado a soldados iraquíes y americanos “mientras desenterraban restos de adultos y niños” en los campos de la muerte. Observaba que: “En una fosa, los soldados encontraron cabezas de niños decapitados, algunos con restos parcialmente reconocibles de piel y pelo”.
Sus lectores se han enterado de lo que la mayoría de los americanos no sabrían a través de NBC, ABC, CBS, PBS y NPR: El porqué AQI ha fracasado conquistando corazones y mentes iraquíes: “Entre disparar a la gente por usar Internet, por mirar la televisión y otras transgresiones morales como por ejemplo, fumar en público, las exigencias de piedad fundamentalista de AQI resultaron ser un delgado barniz erosionado rápidamente por su obvio consumo de estupefacientes, alcohol y prostitución”.
En el que quizás fue su informe más escalofriante, Yon informaba sobre el funcionario iraquí que le contó que era práctica de al-Qaeda invitar “a almorzar a familias a las que deseaban convertir a su forma de pensar. En cada caso, la familia tenía un hijo” y en algún momento de la comida “traían al hijo con la boca rellena. El niño había sido horneado. Al-Qaeda estaba sirviendo al niño a su familia”.
¿Por qué la élite mediática no ha publicado estas atrocidades – mientras que se gastaba barriles de tinta sobre los abusos en Abu Ghraib? En parte, quizás, por la línea argumental estándar de que Irak es un recurrente Vietnam: Los americanos son los “ocupantes” y cualquiera que luche contra ellos debe ser parte de la “Resistencia”. Los periodistas que contradicen esta narrativa están dados a cenar solos.
En cuanto a por qué una menor cantidad de bajas militares y menos ataques de los insurgentes no se consideran asuntos de interés periodístico, Bárbara Starr de la CNN le dijo al crítico de medios Howard Kurtz que todavía no estaba claro de que tales progresos representen “una tendencia”. Pero desde junio, las líneas de la gráfica están apuntando al sur. ¿Hay cualquiera duda de que si las tropas de Estados Unidos hubiesen estado perdiendo terreno durante 5 meses, eso sí sería una enorme noticia?
La batalla de Irak aún no ha terminado. Es posible que al-Qaeda y los escuadrones iraníes de la muerte puedan recuperar la iniciativa. Puede que los políticos del novato iraquí no utilicen la oportunidad que se les está dando para resucitar a su país roto. Pero los periodistas no deberían suponer semejantes resultados; mucho menos aún desearlos.